11.2.13

Capítulo 45


- ¿Mamá? - dijo Niall desconcertado.

La mujer nos miró y sonrió, parece que no se había percatado de nuestra presencia.

- ¿Qué haces aquí? - le preguntó.
- Hombre, ¿es que ahora no puedo visitar a mi hijo? - se levantó y acercó a nosotros. Le dio un abrazo a Niall - Qué guapo estás. - se acercó a mí y me tendió una mano que agarré cortésmente - Y tú eres Lidia, ¿no? - asentí - Maura. Un placer conocer por fin a la novia de Niall.
- Eh... Mamá...
- Y tienes que ver mis amigas de la peluquería - me siguió diciendo Maura - todas dicen que qué chica más guapa, y no mienten.
- Muchas gracias. - sonreí - Pero... - ¿cómo decirle que Niall y yo ya no seguíamos juntos, es más, estábamos en plena discusión?
- Mamá, ¿cuándo has llegado? - Niall seguía igual de sorprendido que antes.
- Ayer por la noche.
- ¿Y no me avisaste?
- Es que era muy tarde y sabía que estarías ocupado.
- Ah, ¿y cuando vuelves a Mullingar?
- Esta tarde.
- ¿¡Esta tarde!? ¿Tan pronto?
- Solo tenía que hacer unas cosas y ya está. Las hice esta mañana y pensé en comer contigo.
- Oh, claro.
- Lidia, te quedarás, ¿no? - me preguntó - Y así nos conocemos mejor.
- Eh... - miré a Niall buscando su reacción. Él asintió levemente con la cabeza y un destello de júbilo se almacenó en mí. - Claro, me encantaría.
- Pues perfecto. Iré preparando algunas cosas. ¿Te gustan las carrilleras?
- Sí - dije.
- Pues ya verás que carrilleras te voy a preparar, las mejores del mundo. - y diciendo esto se encaminó a la cocina.

Me senté en el sofá y me dejé recostar en él. Cerré los ojos. ¿Cuántas veces había soñado con este momento? 
Conocer a Maura Gallagher, la madre de Niall, comer con ella, hablar sobre Niall, sobre cuando era pequeño...

- Lo siento - Niall se encontraba apoyado en la pared con los brazos cruzados. - Entiendo que haya sido un momento incómodo.
- No... No pasa...
- Mi madre, ahí diciendo cosas que bueno... No son muy apropiadas - sonrió tristemente.
- Tú madre es genial. Siempre quise conocerla.
- ¿Sí?
- Sí, recuerda, yo directioner power forevah - se rió esta vez un poco más animado.
- Es verdad - se sentó al lado mío - A veces se me olvida. Ha pasado ya tanto tiempo desde que nos conocimos...
- Dos meses.
- Sí, dos meses... - silencio, un tanto incómodo la verdad - Lidia, con respecto a lo de esta mañana... 
- Ahora no, ¿vale? No me parece adecuado con tú madre aquí en casa.
- Tienes razón.

Otra vez uno de esos silencios incómodos. ¿Había hecho bien aceptando la invitación de Maura para comer? 

- Eh, voy a ayudar a Maura - dije.
- Oh, no. Lo que faltaba. Que ayudases tú a mi madre y yo no.
- No, no, no. Me apetece hacerlo. Tu quédate aquí mientras tanto mientras yo entablo amistad con tu madre. - asintió.

Me levanté y me encaminé a la cocina, reprimiendo las ganas de desahogarme. ¿Por qué me sentía tan mal? Bueno, era obvio. Grité a Niall, le pegué, le cabreé....
Normal que él estuviese enfadado conmigo también.

Entré a la cocina y encontré a Maura cortando un pimiento.

- Ay, cielo, no te había visto - dijo cuando me acerqué a ella.
- Venía a ayudarte.
- Oh, no hace falta. 
- Sí, me apetece - me sonrió.
- Anda que ayudarme tú y no ese pedazo de holgazán que tengo por hijo... Ya le vale - reí, me pasó un tomate - Puedes ir cortándolo.

Cogí un cuchillo y empecé a cortarlo en tiras. De vez en cuando cogí una y me la llevaba a la boca.

- Eres como Niall, impaciente por comer. - reí de nuevo. - ¿Sabes qué? - la miré - Al principio tenía miedo - Cambié mi cara. ¿Miedo de mí? ¿Me iba a decir que no le gustaba, que no me quería para Niall? Parece que entendió mi expresión - Oh, no hija, de ti no. Te explico. Niall siempre fue muy enamoradizo, y de rápido enamoramiento. Y aveces imaginaba que podría llegar a agobiarte y no quiero que pase eso porque me caíste bien desde el principio - miré expectante. ¿Niall? ¿Agobiarme? - Pero vi que tú también le querías mucho y como que os sincronizáis asi que todo perfecto.
- Entonces me alegro de que pienses así.
- Yo también me alegro. - lavó varias zanahorias en el fregadero - Y si algún día te conviertes en mi futura nuera, que sepas que me encantaría.

¿Nuera? A ver, siempre había pensado en si compartiría mi futuro con Niall, teniendo algún hijo o hija, viviendo en una casa con un gran jardín, viajar por todo el mundo, etc. Pero siempre habían sido pensamientos pasajeros. ¿Pero oírlo de Maura? Eso me dio que pensar. ¿De verdad mi sueño era compartir el resto de mi vida con él? Sabía que sí, pero era algo prematuro sacar primeras conclusiones sin haber siquiera arreglado nuestra discusión.

- Oh, cielo, - parece que vio que me había quedado pensando - no te asustes. Estáis hechos el uno para el otro. Se ve a la legua. Además, me dijo que ya había conocido a tus padres.
- Eh, sí.
- Algún día me tocará a mí conocerlos.
- Eso espero. - sonrió y colocó todas las verduras en una fuente que metió al horno.
- ¿Te ha contado Niall algo sobre su infancia?
- No, mucho. Que era feliz haciendo tonterías por ahí.
- Oh sí, ha acertado - rió - Una vez se pasó una semana entera creyendo que era Simba, después de ver el Rey León.
- ¿De verdad?
- Como lo oyes. Iba desnudo por la casa y a cuatro patas - solté una carcajada bien amplia. - Y otra vez, empezó a cortarse el pantalón por la zona de la bragueta. Qué susto me llevé cuando le vi con las tijeras, ahí, en esa zona. - me reí esta vez más fuerte.
- Mamá, ¿no estarás contando aquella vez en la que casi me corto el pene, verdad? - Niall apareció por la puerta.
- ¿Yo? Por favor hijo, que poca fe tienes en mí - Maura me guiñó un ojo y sonreí.
- Eh... Yo voy al baño - dije. La madre asintió. 

Me di la vuelta y empecé a caminar hacia el baño. Al pasar al lado de Niall le puse una mano en el hombro.

- Simba - le susurré haciendo que sonriese levemente.

Cuando salí del baño me encaminé de nuevo a la cocina. Oí a Niall y a Maura hablando desde lejos, y yo como cotilla que soy puse la oreja.

- Bueno, estamos pasando por un pequeño bache - dijo el rubio.
- Pues espero que lo arregles, porque no me gustaría que ella lo pasase mal por ti. Parece una buena chica.
- No, si lo que menos pretendo es hacerla daño, pero...
- Pero es igual de cabezota que tú, ¿no?
- Cierto.
- Pues ya es hora de que ese cabezotismo tuyo lo dejes atrás, porque Niall, soy tu madre y te conozco, y sé que esta es la definitiva, o así lo veo. - Niall se quedó callado - La quieres mucho, ¿no?
- Mucho.
- Pues eso es lo importante.

Mi corazón daba pequeños saltitos en mi interior. Oh Dios, ¿la definitiva? Por favor, si llegase a ser así sería algo increíble. Dejaría sellada la posibilidad de que un ídolo salga con una fan suya.
Decidí que ya era momento de acercarme, que a lo mejor se estaban preocupando de mi tardanza.

- Ya estoy aquí - entré en la cocina, haciendo como que no había oído nada. Maura me miró y sonrió ampliamente, le devolví el gesto.

Entre todos terminamos de preparar la comida, que nos llevó un buen rato. Si hubiera sabido que esta comida llevaba tanta preparación, le hubiese dicho a Maura que con unos espaguetis iba de miedo. Pero bueno, seguro que el sabor de aquel plato merecería todo el esfuerzo. 
Durante aquel periodo de tiempo de trabajo, estuve observando a Niall, sus movimientos, todo. Se le notaba muy vinculado con Maura, que la quería muchísimo. 
Me hacía gracia ver cómo cocinaba él, de una manera un poco torpe, pero con mucha dedicación y esfuerzo. De vez en cuando, al igual que yo, robaba algún trozo de comida. Estuviera enfadada con él o no, me seguía pareciendo la persona más adorable de este mundo, y le seguía queriendo por encima de todo.

Nos sentamos en la mesa, con toda la comida que había. Teníamos las carrilleras, en una especie de salsa que era como pisto, y de guarnición teníamos berenjena cortada a tiras y rebozada. Mmm, me encanta la berenjena.
Empezamos a comer todo aquel manjar, la verdad es que sí que había merecido la pena toda aquella dedicación. Mientras comíamos, Maura siguió contando anécdotas de cuando Niall era pequeño, sobre si una vez se tiró del tejado, que otra se quedó encerrado en una casa de muñecas bastante grande, sobre que su hermano le metió en la nevera durante unos minutos... No me extraña que ahora Niall sea claustrofóbico.
Yo me reía por cada ocurrencia que Niall experimentó de pequeño, pero él se ponía rojo de vergüenza. Bueno, que se aguantase, que yo con mi madre también tuve que aguantar lo mío. Aún recuerdo cuando nos pilló en la cama besándonos salvajemente... Mis mejillas se encendieron involuntariamente al pensar esto, pero rápidamente recobré de nuevo la compostura para que no se percatasen.

Habíamos terminando de comer, y nos encontrábamos los tres sentados en el sofá. Niall y yo intentábamos parecer normales, como si nada hubiera ocurrido, aunque a veces era difícil, pues Maura preguntaba cosas sobre nuestra relación, nos poníamos nerviosos... Y eso.

- Bueno, mi avión sale en dos horas y media, asi que más vale que nos demos prisa - dijo Maura mirando su reloj - Porque confío en que me lleves al aeropuerto, ¿no, Niall?
- Claro, vamos, faltaría más. 
- Pues manos a la obra.

Ayudamos a Maura a recoger sus cosas y a preparar la maleta. Salimos de casa.

- Mamá, ¿quieres saludar a los demás, no sé, cinco minutos? - le preguntó Niall.
- Claro, pero sin muchas demoras.
- Por supuesto.

Comenzamos a andar hacia la casa de Harry. Depositamos las maletas en la entrada y llamé al timbre. 
Se abrió la puerta y apareció Zayn riéndose. Cuando vio a la madre de Niall puso cara de sorpresa.

- ¡Tía Maura! - la saludó dándola un abrazo.
- ¡Zayn! Pero que guapo estás hijo, ¿a ti no te afecta el tiempo o qué? - el chico rió.
- Pues lo mismo podría decir de ti.
- Anda, no mientas, que ya estoy mayor y lo acepto.
- ¿Tú? ¿Mayor? ¡Pero si te queda media vida!
- Que si, que si, menos peloteo - le sonrió - Cuéntame, ¿qué tal con Perrie?
- Em... Bueno, lo dejamos hace tiempo.
- Oh, cielo, lo siento mucho. Pero bueno, tú eres un chico increíble y no creo que lo de conseguir chicas sea tu problema, ¿eh, señorito? - Zayn volvió a reír sonrojándose - Bueno, voy a saludar a los animales que tenéis por amigos.

Nos encaminamos por el pasillo y llegamos al salón. Para nuestra sorpresa, bueno, sorpresa no porque era de esperar en Louis, nos encontramos a este último dando vueltas por la habitación con sólo unos boxers de prenda. Sí, a lo espartaco por la casa. Muy bonito. Detrás suyo iba Eleanor persiguiéndole con el resto de la ropa en las manos, y detrás de esta iba Liam diciendo a Louis que parase y se vistiese. Los demás estaban sentados riéndose de la situación.

- Bueno, ¿os parece bonito recibir a la Tía Maura de esta forma? - dijo la madre de Niall haciendo que todos se girasen a mirarla.
- ¡Tía Maura! - gritaron los chicos. Harry se puso de pie, y Liam y Louis dejaron de correr. Eleanor aprovechó esto para darle la ropa a su novio, quien se la puso en el momento.

Todos fueron a saludarla, entre abrazos y demás. Después, Bibi y Megan, que ya se habían incorporado, se acercaron.

- Bueno, parece que la familia se amplia- dijo Maura saludando a estas - Encantada de conoceros. A ver si acierto. Tú... - señaló a Bibi - eres la novia de Liam. - esta asintió - Y tú, - miró hacia Megan - la de Harry.
- Cierto.
- Pareces una mujer con carácter - le dijo - seguro que has puesto a Harry en sus raíles de una vez.
- Sí, ese era mi propósito.
- Ves Harry - le miró - Por fin hay una chica que te hace sentar la cabeza. Y con respecto a ti Liam, muy buena elección, parece una chica adorable - dijo refiriéndose esta vez a Bibi.
- Lo es - dijo Liam pasándole un brazo por la cintura a su chica.
- Bueno, señores, un placer verlos, pero me tengo que ir ya.
- ¿Ya? - preguntó Eleanor.
- Sí, hija, a mí me gustaría quedarme más pero al parecer no es así. Así que besos para todos, abrazos y demás. Vamós parejita - dijo refiriéndose a Niall y a mí. Oí algunas risas de fondo. - Ah, por cierto Louis, la próxima vez que te vea intenta ir un poco más... vestido - este agachó la cabeza sonrojándose.

Y después de esto salimos de la casa. Fuimos hacia el coche y nos montamos en él. Tardamos unos veinte minutos en llegar al aeropuerto. La tensión entre Niall y yo era grande, pero gracias a Dios, Maura no se daba cuenta. 
Llegamos a nuestro destino, esperando a que llamasen por megafonía a los pasajeros del vuelo requerido.
Cuando este momento se hizo presente, nos despedimos de Maura.

- Adiós mamá - dijo Niall abrazándola fuertemente. - Espero verte pronto de nuevo.
- Claro que sí hijo. Recuerda, lleva una vida saludable eh, y no abuses mucho de la fama.
- Que si mamá, tengo diecinueve años.
- Como si tuvieras tres. - le acarició la mejilla - Te quiero Nialler.
- Y yo a ti, mamá. - me enternecí en ese momento, madre e hijo, diciéndose que se querían. Me fijé que a nuestro alrededor se había formado un corro de chicas y algún que otro chico que sacaban fotos con él móvil y grababan.
- Bueno, cielo mío - Maura se acercó a mí y me puso el pelo por detrás de la oreja - Me ha encantado conocerte.
- A mí también - abrió sus brazos y me dio un gran abrazo - Sé que escuchaste la conversación que tuve con Niall - me susurró - Que aquí todas somos mujeres y por lo tanto muy curiosas - sonreí - Que sepas que él te quiere mucho, se lo veo en los ojos. Cuídamele.
- Lo haré.

Se separó de mí y sonriéndonos a los dos y dando un beso en la mejilla a Niall se dio la vuelta y se fue.
Niall seguía mirando la dirección en la que se había ido su madre. Le revolví ligeramente el pelo y le cogí de la mano, para sorpresa suya.

- Venga, vámonos - le dije tirando de él, y comenzamos a andar hacia el aparcamiento, siendo fotografiados por decenas de móviles.




Miré cómo conducía Niall. Iba super concentrado, sin desviar la mirada del camino. Estaba muy guapo así, sin mostrar ninguna expresión en la cara, y con los rayos del sol de finales de otoño que se reflejaban en sus cabellos rubios.
Me encantaría acercarme y darle el beso que quería darle desde hace una semana exactamente.
Notó que le estaba mirando.

- Al final no hemos hablado. - dijo rompiendo el hielo.
- Podemos hablar ahora.
- Vale, hablemos. - tomó aire - Primero quiero decirte que te quiero, ¿vale? Nunca tengas duda de eso - 'No, Lidia, no puedes llorar, ahora no' me dije a mí misma. - Segundo que lo siento mucho. No debí gritarte, ni echarte de mi casa, y mucho menos no comunicarme contigo en toda esta semana. Me comporté como un completo gilipollas, y aunque la razón es que estaba enfadado y confuso, lo que hice no tiene perdón. Pero fue ver cómo te entendías con mi madre, y que ella te adoraba... Y me di cuenta de cuán grande fue mi error. Y de que... Joder, Lidia, eres mi vida, no quiero estar en ningún sitio si no es contigo. - vale, lo había conseguido. Una lágrima se deslizó por mi mejilla, pero la hice desaparecer con la mano. - No sé si me perdonarás o no, pero solo quería que lo supieras - parecía arrepentido. Mi alma se estaba encogiendo en ese momento.
- Yo... también lo siento. Dije muchas cosas de las que me arrepiento. Y no debí pegarte. Lo siento de verdad. - bajé la cabeza para que no viese que mis ojos estaban irritándose.
- Pero Lidia, tú no estabas en estado, y como dijiste, yo si era consciente. Debí haberte cuidado. Así que no voy a aceptar ninguna disculpa tuya porque si alguien tuvo la culpa, fui yo. - sonreí levemente.
- Te quiero, Horan.
- Y yo a ti, koala.

Sonreí de nuevo como una tonta. Volvía a ser su koala. ¿Eso significaba que volvíamos a estar juntos?

- Entonces... - dije - ¿Volvemos?
- Hombre, nunca afirmamos los dos plenamente que estábamos separados. Nunca llegamos a decir algo como: 'eh, corto contigo' o algo por el estilo. Solo supusimos que habíamos cortado.
- Entonces...
- Entonces nunca lo hemos dejado. - le revolví el pelo con cariño - Oye, ¿qué te dijo mi madre en el aeropuerto?
- Nada en especial, ya sabes, cosas de chicas.
- ¿Y qué cosas son esas?
- Pues cosas de chicas.
- Va, me pico, ¿eh?
- Oh, se va a picar mi Simba. - Me acerqué a él y le di un sonoro y largo beso en la mejilla.
- Ey, que me desconcentras - se quejó.
- ¡Pero si ya hemos llegado!

En efecto, ya habíamos llegado a la casa. Abrió la puerta con un pequeño mando inalámbrico y condujo el coche por el camino que había hasta llevarlo a una especie de aparcamiento tenían ahí.
Salimos de este y anduvimos hasta la casa de Niall. Metió la llave en la cerradura y la empujó, tirando de mí hacia dentro con la mano que tenía libre.
Cerré la puerta con el pie e instintivamente me lancé contra Niall estampándolo contra la pared.

- Pero bueno, ¿vas a estamparme contra muros cada vez quieras acostarte conmigo? - me dijo pícaramente.
- ¿Quién ha dicho que quiera acostarme contigo?
- Se te ve en la cara, viciosa.
- Pues tú tampoco te quedas corto, pervertido.

Entonces, con esto último dicho, me abalancé sobre él besándole con deseo y con muchas ganas, ganas reprimidas durante todos estos días. Él me correspondió siguiendo el beso y cogiéndome de los muslos, y de esta forma levantándome  Le di ciertos tirones en el pelo mientras él me quitaba la camiseta.

- Vamos a la cama, pequeño Simba.
- Oído cocina, koala. - y así, entre sus brazos, me llevó a su habitación.

3 comentarios:

  1. siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii

    ResponderEliminar
  2. Jo, Lidiia que capitulo mas booonito :D
    Que seepas que no me he perdido niingun capitulo y que la historia emociona de verdad :')

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ajajjaja me alegro de que te gustee:):)
      yaa, intento hacer que emocione para que nadie pierda el hilo de los capitulos porque se aburra o algo asi
      gracias por comentar pequeño hobbit:):)

      Eliminar