30.4.13

Capítulo 92/2


*NARRA LIDIA*

Las cuatro y cincuenta y ocho.
En dos minutos ya podría entrar en casa. Bueno, eso ha sonado como si ya fuese mi casa, pero que no, que es casa de Niall, pero ya es que incluso la trato como si fuese mia propia.

A ver Megan, ¿dónde estás?
La había llamado mil veces, pero no me contestaba.
Ayer ya me contó lo que pasó con Harry.
¿Y qué quiere que le diga?
Pues le tengo que decir la verdad. Y la verdad es que se está engañando así misma, que sigue enamorada de Harry y que haciéndose creer que es Jake el indicado, solo se hace daño. Lo que tiene que hacer es hablar con Jake de una vez por todas y contarle la situación, es más, yo creo que él sabe que ella quiere a Harry, pero claro... 

Uno no lo quiere aceptar.
Y la cosa es, ¿cómo cojones le digo yo todo esto a Megan?
Pues ni zorra.
Que a lo mejor se pone hecha una furia y me ataca al igual que un puma, quién sabe.

Bueno, que sí.
Cogí de nuevo el teléfono para volver a llamar a Megan, para ver si de una vez me contestaba. 
¿Dónde se había metido?
Saltó el contestador.

- Megan... - dije - Me has abandonado guarra. Voy a entrar en casa de Niall, estaré ahí, ¿va? Da señales de vida anda. - colgué.

Abrí la gran puerta que se encontraba en el muro que rodeaba las casas y empecé a andar hacia mi casa, digo la casa de Niall.
Uy que mal estamos...
Mientras me dirigía hacia ahí, me fijé en el cielo.
Estaba más negro de lo normal. ¿Tenía algo que ver que hoy fuese Halloween?
Pues a lo mejor eh.
No son simples coincidencias...
A todo esto, ahora que me pongo a pensar... Hace un año yo estaba en Madrid, y los chicos estaban en el programa del Hormiguero.
Tanto tiempo ha pasado y tantas cosas...
Ni yo misma me lo creo.
¡Mírame ahora! Soy la exnovia de Niall Horan y parte de mi pelo está rosa.
"WEIRD" diría Louis en estos momentos.

Seguí andando hasta llegar a la casa donde me hospedaba. Hundí la llave y con un movimiento de muñeca, la puerta se abrió.

Para mi sorpresa, toda la casa estaba a oscuras, aunque había un poco de luz. Las paredes estaban cubiertas con telas blancas, pero eso era lo de menos.

Había un líquido rojo color sangre en el suelo.

Más asustada que nuca tiré mis cosas a cualquier parte y me hice una coleta.

- ¿¡NIALL!? - grité. ¿Y si he había pasado algo a él?

Recorrí el pasillo que me llevaba hasta el salón. En el suelo había cosas tiradas, no supe distinguirlas, pero incomodaban mi paso. Las gotas de sangre formaban un camino.

Llegué al salón pero nada. No veía nada, todo a oscuras, más a oscuras que en el recibidor, de tal manera que ya no podía ver si había manchas en el parqué o no.

- Lidia... - oí gemir a alguien.
- ¿¡Niall!? - pregunté asustada.
- Detrás del sofá... - dijo con un hilo de voz rasgado. Rapidamente fui hacia ahí, palpando con las manos lo que había a mi alrededor para no caerme. Tenía el corazón en un puño. ¿QUÉ COÑO HABÍA PASADO? Llegué y noté algo a mis pies. Me agaché y con las manos, sentí el cuerpo de Niall.
- ¡Niall! Niall, ¿qué ha pasado? 
- Luz... - dijo con la voz más rasgada aún.
- Pero dime lo que ha ocurrido, por favor.
- Necesito ver si... Luz...
- Vale, vale - me levanté y con cuidado de no caer al suelo, llegué a donde estaban los interruptores. Pero no funcionaban. Nunca había estado más asustada. - Niall, no funciona... Voy... a por mi móvil, que está en la entrada.
- ¡No! - dijo roncamente - No hay tiempo... Hay una linterna sobre la mesa. - fui a donde me dijo y efectivamente había una. La encendí y volví a donde estaba Niall. Cuando llegué le apunté con la luz y contuve un grito mientras mi mundo se nublaba.
- Niall... Tu... Tu... ¡Tu hombro! - en esa parte, la camiseta estaba toda mancha de rojo.
- Bibi...
- ¿¡Qué!? ¡Hay que llamar a la policía!
- No... Bibi...
- ¿Qué pasa con ella?
- En mi cuarto... - Niall intentó ponerse de pie, y y le ayudé a que se incorporase. 
- Pero joder Niall, cuéntame ya lo que ha pasado.
- Hay alguien en la casa.
- ¿Cómo que alguien?
- Estaba preparando tu sorpresa y... los chicos... Bibi... Luego a mi...
- ¡Joder Niall! ¿Quién era?
- Vamos a mi cuarto. - Niall empezó a andar medio cojeando y yo le seguí. Nunca había estado como estaba ahora. ¿Quién estaba en la casa?

Fuimos caminando por el pasillo. Yo me agarraba a Niall y comprobaba que fuese bien. Si le pasaba algo, me moría. Y Bibi, ¿qué le habrá pasado?
Tenía muchísimo miedo encima pero había algo raro...

- ¡Ah! - grité. Había notado algo pasar entre mis piernas, algo que se movía rápido y que me había obligado a separarme de Niall y pegarme a la pared - ¿Qué ha sido eso? - silencio - ¿Niall? - silencio - ¿¡NIALL!?

Nadie contestaba. ¿Qué coño estaba pasando en esta puta casa?
Seguí caminando lo que quedaba de pasillo y me metí en una habitación. 
Ahora que lo pienso, la de Niall estaba en el piso de arriba, y no he subido escaleras, asi que estaba en mi cuarto.
Decidí ir hasta el baño, donde me lavaría la cara para espabilarme un poco y de ahí buscaría a Niall que el pobre estaría buscándome a mi también.
Mierda, las luces del baño no funcionaban. ¿Qué coño...
Fui con la linterna y la puse de forma que apuntaba al espejo y alumbraba un poco todo.
me miré en el espejo. Estaba pálida. Normal, nunca había estado tan asustada.
Abrí el grifo y agaché la cabeza. Metí las manos en el agua y luego cerré los ojos para aclararme la cara.
Cuando lo hice, aún con los ojos cerrados, alcancé una de las toallas que había a lado del lavabo y me sequé, después levanté la cabeza y me volví a mirar en el espejo.

Solté un grito desgarrador y salí de allí cagando leches. 
En el espejo, detrás mío, había una cara blanca, con los ojos rojos, juraría que era Bibi.
Ahora más que nunca todo era muy extraño.

- Lidia... Lidia... - susurraba una voz por toda la casa.
- ¡Niall! ¡Te juro que si esto es una broma te... te... - no pude acabar la frase porque noté como alguien subía las manos por mis piernas y después por mi espalda. Me giré pero no había nadie  Bueno, no vi a nadie. ¡Mierda! Tenía la linterna en el baño, pero yo ahi no volvía a entrar ni de coña.

Seguí caminando, con el corazón en un puño. Llegué de nuevo al salón, y hacia donde estaban las escaleras, percibí una sombra.

- Hace años... - empezó a decir la voz - Hace años en esta casa... Ocurrió una desgracia... Evelyn se llamaba...

¿Evelyn?
¿Qué coño putas esta diciendo este?

Fui hacia el ser este raro, para descubrir de una vez por todas lo que estaba pasando, pero cuando llegué ahí, no había nadie.

- ¿QUÉ COÑO ESTÁ PASANDO? - grité.

Me pegué a la pared y empecé a subir las escaleras. Se oían llantos de una chica, y como cadenas de hierro chocar contra algo.
De repente una luz se iluminó al final del pasillo, dejándome ver lo que había en el suelo.

Hostia puta sagrada del mismísimo Sauron.

Perrie... Un vestido raro, como antiguo... Con una herida en el cuello.... La cabeza parecía que estaba un poco separada del cuerpo...

Di media vuelta y eché a correr de nuevo escaleras abajo.
Vi la luz de la cocina encendida y entré.
Dios. Gracias a los cielos. Zayn estaba ahí.
Solté un gran suspiro.

- Menos mal que estás aquí. ¿Qué coño está pasando Zayn? Primero Niall que si hay alguien en la casa, luego Bibi, la cosa rara esa... ¿Zayn? - no contestaba, ni siquiera me miraba. Tenía la vista clavada en su mano - Zayn, ¿qué haces con ese cuchillo? - cuando dije eso sí que me miró. En su cara se formó una gran sonrisa, pero una sonrisa extraña, que daba miedo. Vi que levantaba el cuchillo y se lo ponía enfrente de su estómago.
- ¿Qué coño estás haciendo? - dije super asustada. No me escuchó. Bajó las manos y clavó la hoja en su cuerpo. - ¡Joder Zayn! - fui a acercarme a él pero algo hizo que me parase.
- ¡LIDIA! ¡LIDIA! -era la voz de Niall - ¡POR FAVOR VEN! ¡POR FAVOR POR FAVOR! - me estaba suplicando que fuese hacia él. ¿Dónde estaba? Pero no podía dejar a Zayn ahí. Niall gritó, muy fuerte, fuertísimo, tanto que se me congeló el corazón. 'No... Niall... No...' pedí en mi cabeza. - ¡POR FAVOR, NO LO HAGAS! ¡NO, A MI NO! - alguien estaba haciendo algo a Niall. Giré la cabeza de nuevo hacia Zayn. Él yacía en el suelo, y un charco rojo se había formado a su alrededor. Mierda, Mierda. Otro grito de Niall hizo que me parase de nuevo. No debía dejar ahí a Zayn así. Pero... ¿Y si a Niall... ? ¿Y si...? Miles de horrorosos pensamientos se formaron en mi cabeza.
- Ahora vuelvo - le dije a Zayn.

Salí de la cocina y fui hacia donde provenían los gritos, que cada vez eran mayores.
Era de la planta de abajo.
Bajé las escaleras, mirando a todos lados, aunque veía bien poco. 
Otro grito más.
Venía de la habitación que tenía Niall donde guardaba sus guitarras, los premios, recuerdos y tal.

Entré lo más rápido posible y choqué como con una tela que acariciaba mi cara.

- ¡Niall!
- Lidia... - era la misma voz de antes, que me llamaba.

Avancé unos pasos, pero me choqué con otra manta, o con lo que fuera.
De repente sonó el ruido de la puerta cerrándose. ¿Qué cojones...?

- ¡Esto no tiene ni puta gracia! - dije.

Vi como un destello de luz al final de la habitación, pero era muy débil porque había cosas que estaban delante de esta, que impedían que se viese bien.
Oí una risa a mi espalda.
Me giré pero no había nadie.
Algo me tocó el hombro.
Di un bote pero nada.

Avancé rápido unos pasos más, pero por poco me caigo.
Con todo el susto, no me había fijado de lo que tenía delante.

- Harry... - dije casi en un susurro.

En el suelo estaba Megan, que yacía con casi todo el cuerpo ensangrentado, la cara blanca, y llevaba un vestido negro pero con encajes en los bordes y volantes blancos, como si fuese un vestido antiguo, como el que llevaba Perrie.
Encima de ella, estaba sentado Harry, con todas las manos ensangrentadas y con un vestido azul también con aspecto viejo.

- Hace años, muchos años... Había una familia que vivía en esta casa... - dijo al misma voz antes. Giré la cabeza hacía donde provenía, pero entre tanta manta no veía nada - Pero la madre tuvo una enfermedad... Un día... murió, y su cuerpo desapareció. A veces su rostro aparece, pero solo en los espejos... La hija se volvió loca... Echaba de menos a su madre... Evelyn se llamaba... Asesinó a su hermana mayor... Le cortó el cuello... Y su hermano pequeño... se mató con un cuchillo... Y el padre... No tuvo más remedio que matarla a ella... Y así hizo... Pero lo que nadie sabe... Es que.... ¡EVELYN SIGUE AQUÍ, EN BUSCA DE VENGANZA! - Noté que unas manos me agarraban y me tiraban hacia atrás. Levanté un poco la cabeza. Ya no estaban ni Megan ni Harry.

Las luces de encendieron y miré hacia arriba, con el corazón en un puño. Me puse de pie y vi a mi al rededor muchas sábanas blancas, y apareciendo entre ellas, a los gilipollas de mis amigos que se reían a carcajada limpia. Todos iban vestidos de forma peculiar, muy antigua, salvo Niall, que llevaba ropa informal, y todos tenían la cara pintada y/o con manchas de sangre.

- Os odio. - fue lo único que dije.
- Anda, pero si te ha encantado - dijo Louis.
- No. -contesté - ¿Sabéis el susto que me he llevado? ¡Creía que Zayn se había muerto de verdad!
- Cuchillos falsos y sangre falsa. - contestó.
- Pero... ¡Perrie! ¡Tu cabeza!
- Maquillaje - dijo ella.
- Y Harry y Megan...
- Yo era Evelyn - dijo Megan.
- Mi preciosa hija a la que maté - añadió Harry poniendo un brazo sobre los hombros de Megan.
- Quito bicho - dijo ella bordemente apartándose.
- ¿Te ha acojonado lo del espejo eh? - dijo Bibi. La miré con cara de odio.
- Yo era el narrador - dijo Liam.
- Y yo la que se reía, la chica que lloraba, las cadenas, etc. - comentó Eleanor.
- Pues yo era el bicho que iba detrás tuyo tocándote - dijo Louis. Había uno que aún no había hablado. Me giré hacia Niall. Le fulminé con la mirada. Nos sabe el mal rato que me había hecho pasar.
- Ahora no puedes decir que no has tenido tu propio London Dungeon en tu casa, eh - dijo encogiendo los hombros.

Le miré aún con cara mala, pero después no pude evitar soltar una pequeña sonrisa.
Ahora que me ponía a pensar, la idea era cojonuda, y les habría costado mazo hacer todo.
Niall seguro que se habrá esforzado muchísimo en todo.
Pensando en esto, me lancé a los brazos de Niall y le di un grandísimo abrazo.

Me alegraba de tener unos amigos tan imbéciles pero a la vez geniales.
Pero lo que más me alegraba, era saber que en unos días iba a volver a ser la novia oficial de la persona que más quería, la que haría todo por mí.
...
¿O no?


-------------------------------------------------------------------------------
Buenas nocheees!
Siento subir tan tarde, pero es que hoy no me apetecia escribir ni nada.
Espero que os haya gustado este capitulo, porque a mí me parece cojonudo, ya que me imagino todo y buaaah bestial.
A mi me organizan algo así y me rindo antes los pies para quien lo haga *indirecta para mis amigas, majas*
Y bueno, eso, que me tengo que ir a dormir.
Por ultimo desearle a Paula que tenga un buen viaje. Ella sabe quien es.
BESOOOOS:)

28.4.13

Capítulo 91/2


*NARRA LIDIA*

Miércoles.
Tercer día de sorpresas, o así lo llamaba Niall, pues dice que tenía una sorpresa para cada día, empezando por el lunes y acabando en el sábado. Y que algunas no eran sorpresas de "HOSTIA PUTA QUÉ FLIPE LA QUE ME HA MONTADO ESTE" sino sorpresas que tenían un mensaje, que me hagan recordar los buenos momentos que tuve con él y que hiciesen que todo volviese a ser como desde cero.
Lo que él no sabía, o creo que no sabía, era que él me había enamorado desde el primer momento, y que por muchas giras, por muchos Adam y tal, la cosa no cambiaba. 
Aunque a veces le hubiese dicho lo contrario, pero era por hacerme creer a mi que ya no le quería. Aunque solo me estaba engañando.

Y la pregunta es: ¿por qué quería hacerme creer que no le quería, cuando lo que más deseo es estar de nuevo a su lado, cogerle de la mano y gritar a todo el mundo que Niall es mi novio?

Pues no sé. 
A veces decía que era porque no quería volver a pasarlo mal, porque él se iría de nuevo, que me dejaría ahí sola.
Pero joder, ya tengo más de dieciocho años, y si quiero de verdad a Niall, nunca me separaré de él.
De mayor quiero ser arquitecta, pero mi verdadero sueño es escribir, ¿no?
¡Pues ya está!
Nada me impide que viva mi vida escribiendo en un autobús de una gira, junto a las personas que más quiero.

Ahora pienso en cómo me comporté con Niall, diciéndole que nosotros ya no... ya no volveríamos, o que nunca más me hablase y que me olvidase...
Y al pensar en eso me siento como una mierda, super miserable, porque me llega a decir eso él a mí, y... 
Ni siquiera puedo llegar a pensar en qué pasaría.
Seguro que se me pararía el corazón, o que me querría morir en ese momento.

Porque, ¿cómo coño olvida alguien a la persona a la que ama?


Pues bueno, al trapo. 
Que iba yo pensando en todo esto mientras llegaba a casa desde la universidad.
Estos días había gente que en los pasillos del recinto universitario me miraba más de la cuenta, pues ya se habían disparado rumores sobre Niall y yo. 
Parece que "Nidia" volvía a ser el tema principal.
Aunque la verdad es que Niall y yo aún no teníamos nada, pero bueno.

Metí al llave en la cerradura y abrí la puerta.

- ¿Niall? - dije, pero nadie me contestó.

Me moví un poco por la casa, con la finalidad de encontrarle.

- ¿Niall? - dije un poco más alto, pero nada. - ¡NIALL! - dije ya gritando.
- ¡ESTOY EN EL JARDÍN! - oí su voz.
- ¡VALE, VOY PARA ALLÁ! - dejé las cosas en el sofá y me dispuse a andar.
- ¡NO, NO, NO! ¡NO VAYAS! - gritó.
- ¿POR QUÉ?
- Porque no. - dijo ya normal apareciendo en el salón. Parecía sofocado, de haber corrido o de haber hecho mucho esfuerzo.
- Mmm, ¿ocurre algo Niall?
- ¿Ocurrir? ¿Qué va a ocurrir? No ocurre nada.
- Niall, ¿qué hay en el jardín?
- Nada. - contestó rápidamente. Entrecerré los ojos pero después di varios pasos, como queriendo ir hacia la puerta que daba al jardín, pero él se puso delante mío. - Con que no hay nada, eh...
- Es que... No lo puedes ver. 
- ¿Por qué?
- Porque es una sorpresa.
- Más motivos me das para acercarme a verlo.
- No, enserio, por favor. Espera una hora, nada más.
- ¿Y que hago durante una hora? 
- Pues comer algo.
- Ya he comido en la universidad.
- ¿Pero a que sigues teniendo hambre? - le miré. Que bien me conocía el muy cabrón.
- Estaré en la cocina. 
- Así me gusta.

Se dio la vuelta y fue de nuevo en dirección al jardín.
Aunque la curiosidad me podía, decidí no aguar la sorpresa e ir a la cocina.
Allí cogí el bote de Nocilla y galletas María, las cuales fui mojando en la Nocilla.
Puse la tele y justo estaban poniendo un capítulo antiguo de Gossip Girl.
Era el de la boda de Blair con el príncipe ese, que mal me cacía. Que luego Dan se la lleva o algo así.
No me acuerdo mucho de como acababa el capítulo, lo vi hace mucho tiempo.

Pasaron como cuarenta minutos cuando de repente empecé a oír unas voces.

- Gracias chicos por todo - era la de Niall. Me puse de pie sigilosamente y me asomé a la puerta de la cocina. Vi a Niall junto a dos hombres con monos azules, que ambos llevaban unos grandes maletines como de herramientas.
- Nada, ha sido un placer - dijo uno de ellos.
- Ya verás como le va a encantar a tu novia - dijo el otro. Espera, ¿novia? Niall no tenía novia. Niall soltó una pequeña carcajada.
- No es mi novia - dijo.
- Pues si no lo es, lo acabará siendo hoy. - Niall volvió a soltar una risa pero esta vez mucho más pequeña.
- Bueno, nosotros nos vamos - añadió uno de lo hombres.
- Sí, que ya hemos acabado aquí.
- Vale, adiós chicos. Y Jerry, saluda a Maggie de mi parte - habló Niall.
- Lo haré - después los hombres salieron de la casa y cerró la puerta.

Corrí, de nuevo sigilosamente, hacia la silla de la cocina donde estaba sentada. Segundos después apareció Niall.

- Pero qué cotilla que eres. - dijo.
- ¿Yo? ¿Pero por qué? - contesté haciéndome la inocente.
- Sí, ahora haz como si no supieses nada.
- ¿La sorpresa ya está lista? - pregunté.
- Mira que eres interesada eeh.
- Como cualquier mujer.
- Tú no eres una mujer. Aún eres una niña.
- Perdona pero soy mayor de edad.
- ¡Cuidado! Que es mayor de edad. A lo mejor nos matas a todos, porque como ya eres mayor de edad y tienes super poderes... - le miré con una ceja levantada.
- Este sería el momento perfecto en el que aparecería mi amiga María y te diría "¿Pero qué haces con tu vida?"
- ¿Quieres ver tu sorpresa si o no?
- Mira como cambias de tema...
- ¿Eso es un no?
- Calla anda. - me levanté y anduve hacia el jardín, con Niall detrás.
- Espera - Noté que Niall me ponía las manos en los ojos - Quiero que lo veas cuando estemos allí.
- Que intriga. 
- Venga, empieza a andar.
- Como me choque con algo... Te la cargas.
- Tranquila, tranquila.

Empezamos a andar, más de lo que creía yo.
Niall me dijo que la sorpresa estaba al final del jardín y eso significaba andar bastante, porque el jardín era inmensamente inmenso.
En un momento paramos.

- ¿Preparada?
- Sí, tranquilo que siempre llevo el traje de Spider-man debajo de la ropa.
- ¿Y se supone que tú eres el amor de mi vida? - en cuanto Niall dijo eso, soltó una pequeña risa, pero yo me había quedado tensa. Había sonado raro eso del "amor de mi vida" pero me gustaba cómo había sonado. - Mira - Noté que las manos de Niall se apartaban, y lo primero que vi fue el tronco de un árbol  pero en este había como unas pequeñas barras de hierro, que subían hacia arriba, como una escalera. Había como unas quince o veinte barras de esas. Miré hacia arriba, y entre las ramas del árbol se encontraba una caseta, que más o menos, calculando a ojo, tendría unos tres metros cúbicos.
- ¿¡Y esta casa en el árbol!? - le pregunté feliz a Niall.
- Pues desde hace tiempo yo quería una, y contraté a gente para que la construyeran  y hoy han acabado. Y como sé que a ti te gusta escalar árboles y que nunca has tenido una casa del árbol como esta, pues aquí tienes una. 
- ¿Cómo que tengo?
- Pues que aparte de mía, es tuya.
- Es coña, ¿no? - negó con la cabeza.
- Además, uno de los mejores recuerdos que tengo contigo es subidos a un árbol, ¿recuerdas?
- Puta niña... - solté acordándome de aquella mocosa que interrumpió nuestro posible beso. Niall se rió.
- Lo raro es que no hayas visto la caseta estos días que has estado en casa.
- Es que no he salido al jardín - dije.
- Venga, vamos a subir. - comencé a escalar hacia la casa aquella. Cuando llegué arriba, pude observar cómo era. Me recordaba mucho a la de Bart Simpson, pues en alguna pared había cierta ventana. Por dentro estaba pintada de muchos colores, de forma que pareciese el cuarto de un niño pequeño. Había alguna que otra mesilla, y muchos cojines. En un rincón, había una cesta con bolsas de comida dentro, ya fuesen patatas o chuches, pero comida. Y en el centro, había una alfombra de color azul, con más cojines aún. Niall subió también y entró en la pequeña casita conmigo. - Bueno, ¿qué? ¿Te gusta?
- Es... Es genial. - dije sincera. Me di la vuelta y abracé fuertemente a Niall. Él me devolvió el abrazo. Después, nos separamos y fui hacia la ventana a mirar todo lo que teníamos delante. Se veían las cinco casas de los chicos, la piscina y todo. Era increíble. - Será nuestra fortaleza, como en "Un puente hacia Terabithia". - añadí.
- Me gusta esa peli, aunque es muy triste. - dijo Niall.
- Ya. Desde que la vi, vivo enamorada de Josh Hutcherson.
- ¿Asi que me has reemplazado por Josh Hutcherson?
- Hombre, él es Peeta Mellark. 
- Muy bonito, muy bonito. - me empecé a reír y él me fulminó con la mirada, pero luego me siguió al risa.

Nos pasamos toda la tarde ahí, riendo mientras contábamos estupideces, que era lo que hacíamos siempre, pero a ambos nos encantaba. No solo porque reíamos sin parar  sino también porque disfrutábamos de la compañía del otro.

- Por cierto, Lidia. Mañana hasta las cinco no puedes entrar en casa.
- ¿Por qué?
- Pues porque no.
- ¿Otra sorpresa?
- La mejor sorpresa.
- ¿En serio la mejor?
- No, la mejor es la del sábado, pero la de mañana es super guay.
- Joder Niall. Me tienes super intrigada.
- Te tendrás que aguantar.

De repente mi móvil sonó, era un mensaje de Megan.

Lidia, el Styles es imbécil. Cuando termines de copular con Niall me llamas, ¿va?

Si...Copular, los cojones.
¿Qué habrá pasado con Harry?

- ¿Quién era? - rpeguntó Niall.
- Megan, que ha vuelto a la normalidad con Harry.
- Ya decía yo que estaban tardando mucho.

Después de esa interrupción, seguimos a lo nuestro.

Compartiendo algo de dos en nuestra fortaleza.

--------------------------------------

Hoy no tengo mucho tiempo.
Espero que os haya gustado aunque a mí este no me convence mcuho.
Besoooos:)

27.4.13

Capítulo 90/2


*NARRA MEGAN*

Estaba en el cuarto de baño decidiendo qué hacer con mi pelo para que no resultase tan desastroso.
¿Suelto? No, parecía una leona, aunque eso a Harry a lo mejor le gusta.
¿Coleta? No, mi cuello quedaba demasiado expuesto, aunque eso a lo mejor también le gusta a Harry.
Ala, ni una ni otra, trenza y punto.

Muy bien, ya tenía el pelo.
Volví a mirarme en el espejo. No me gustaba como iba vestida. Los pantalones eran muy sosos, y la camiseta no me convencía.
Pues de nuevo a cambiarme.
Rebusqué en el armario para ver qué podía ponerme.
¿Falda? Ni de coña. No me gustan las faldas.
Pero a lo mejor... Si enseño pierna...

'¿¡Pero Megan, qué conchas piensas!?'

Gracias conciencia por estar ahí siempre para criticar mis pensamientos.
Venga, voy a enseñar piernas, que ya que las llevo depiladas, pues aprovecho.

Cogí un vestido granate que tenía con una pequeña franja azul marino al final. Este vestido era bastante apretadito, y para qué nos vamos a engañar, me realzaba la figura notablemente.
Me puse unas botas marrones y fui al armario del cuarto de Lidia para coger una chaqueta beige larga.
Pues ya estoy.

Hice los últimos retoques en plan colonia, colorete, comprobar si llevaba ropa interior, etc.
Ese tipo de cosas que resultan importantes.

Miré el reloj. 
15:58
Uf, estará al llegar.
Fui al salón y a modo de espera encendí la tele, poniendo la MTV, con tal mala (o buena) suerte de que justo estaban poniendo el video de One Way Or Another.
Uy, hace mucho que no veía este video.
Mira, ahí está Harry de nuevo, cantando en el aeropuerto. Luego por la calle, con el aire moviéndole el pelo. Después en Londres. Qué guapo está. ¡Y ahora el momento "cupcake"! 
Luego momentos de Zayn, que salía muy guapetón en la cama.
Después Niall haciendo el imbécil. AJAJAJAJJAJAJAJA ¿qué habrá pensado Lidia de él cuando vio el video?
Momentos de Liam, haciéndose el machote.
Luego Louis, mostrando su graaaaaaaaaan inteligencia.
Y más momentos de todos, pero claro, yo me fijaba más en Harry, porque en ese video salía... Uf, demasiado provocador.
Sobre todo cuando lleva la boina, o cuando hace de chungo delante de la puerta del primer ministro...
Uf...
¡Ay Dios!
Acabé apagando la tele porque eso no era sano para mí, no.
¿Pero dónde coño estaba Harry?
Genial, ya estoy empezando a ponerme nerviosa.

16:01

Llega un minuto tarde. Muy bien. Yo aquí estresándome porque está tardando mucho en llegar y él por ahí aumentando mis nervios.

Me levanté y fui a por un vaso de agua. Lo necesitaba.
A todo esto llamaron al timbre.

16:04

Cuatro minutos tarde.

'Pero a ver Megan, ¡qué solo son cuatro minutos! ¿Por qué te poner tan nerviosa?'

Gracias conciencia.
Me pegué una bofetada para despejarme que pretendía que fuese suave, pero me acabé pasando, de forma que dolió.

- Hostia puta... - exclamé en español. Lidia me lo había pegado.

Fui hacia la puerta y la abrí. 
Pensé en decirle: "Emm hola Harry, vas tremendamente guapo con unos pantalones azules oscuros, una camiseta blanca y una chaqueta beige. Ahora mismo te lo haría sobre el rellano".
Pero me da que no sería lo más apropiado.

- Eh, hola Harry.
- Hola Megan - se acercó a mí y me dio dos besos.
- ¿Puedes esperar aquí un momento? Es que tengo que coger el bolso y tal.
- Claro.

Fui a la habitación y cogí el bolso. Después entré al baño rápidamente para un último chequeo. Vale sí, estaba muy guapa. Perfecto.
Salí y fui apagando luces hasta llegar a donde estaba Harry y salir de casa, cerrando la puerta.

- Ah, por cierto, estás muy guapa. - me dijo, provocando que me sonrojase.
- Gracias. Tú estás... aceptable.

Él se rió y luego bajamos en el ascensor, hasta llegar a la calle.

- ¿Te apetece un café? - me preguntó.
- Sí, bastante. ¿Un Starbucks?
- Me has leído la mente.

Vi que Harry empezó a ponerse unas gafas de sol, un gorro azul y a ajustarse la bufanda, para que no le reconocieran.

- Así pareces un violador - dije medio riéndome.
- ¿Quién dice que no lo sea?
- Harry, eres raro.
- ¿Yo raro? - soltó una risotada - Perdona, pero no soy yo el que le tiene miedo a las ardillas - le di un golpe en el brazo - Au.
- ¡De pequeña me intentó morder una! ¡Está justificado!
- A mi de pequeño me mordió un gato en el pie y ahora me encantan - dijo Harry.
- Bueno, que sí. Entremos en el Starbucks, anda.

Entramos y fuimos a coger sitio. Después él dijo que se iba a la cola para pedir lo que queríamos, e insistió en pagar, aunque yo no quería, pero era imposible hacer entrar en razón a este hombre. Así que tuve que aguantarme.

Mientras le esperaba, noté a ciertas chicas mirándome y haciendo comentarios sobre algo, seguramente sobre Harry y yo.
Giré mi cabeza hacia ellas y las sonreí exageradamente.
Ante esto, ellas me miraron como extrañadas y luego giraron la cabeza.
AJAJAJJAJAJAJJanormales.

- Ya estoy - dijo Harry presentándose con dos cafés y una cookie.
- ¿Es para ti? - dije haciendo referencia a la galleta.
- No, apra ti.
- Pero si yo no lo he pedido.
- Pero sé que la querías, asi que te he pedido una.
- Mmm, me das miedo, me conoces demasiado bien.
- Solo algunas cosas.
- ¿Color favorito?
- Rojo.
- ¿Animal favorito?
- Salamandra.
- ¿Película?
- Todas las de Harry Potter y Love Actually.
- ¿Canción?
- Wish You Were Here de Pink Floyd.
- ¿Libro?
- La saga de Hush Hush, y además dices que el protagonista te recuerda a Zayn, y que cuando hay escenas calentonas en el libro, te empiezas a reír porque te imaginas a Zayn haciendo y diciendo esas cosas.
- Vale, definitivamente me das miedo, Harry. 
- Salimos juntos, es normal que me conozca todo eso sobre ti.
- Pues perdóname, pero yo no me sé tantas cosas de ti. - dije. Sí que las sabía. Sabía todas y cada una de las cosas que le gustaban, pero me parecía más divertido que él creyese que no.



Pasamos un buen rato ahí, ya que se estaba a una temperatura agradable, y porque los sillones eran bastante cómodos.
A lo largo de la tarde, se nos acercaron unas cuantas chicas para hacerse fotos con Harry y/o para un autógrafo.
Algunas, cuando me veían, me sonreían, porque a lo mejor hace tiempo eran defensoras de "Marry", y yo me mostraba con ellas lo más dulce posible.
Pero también había otras chicas, furcias todas ellas (es que no me caían bien), que me miraban con cara de asco, y yo las sonreía a lo "Pues yo he besado a Harry, me lo he tirado y le he hecho de todo, y tú no".
Harry, ante esta reacción, porque él sabía leer a través de mis sonrisas falsas, se reía.

- ¿Salimos a fuera? - me preguntó en un momento.
- Sí, claro.

Salimos a la calle y empezamos a dar un paseo bajo el cielo gris de finales de octubre.
Hace un año, a estas alturas, estábamos todos en España, conociendo a los amigos de Lidia y viviendo alguna que otra aventura por ahí.
Como cuando Lidia empezó a pegarse con la chica que acompañaba a su ex. JAJAJAJAJAJAJ que crack. Parecía un tigre en acción.

- Oye Megan  dijo Harry - recuerda que mañana tienes que estar pronto en casa de Niall.
- Sí, ese día solo tengo una clase por la mañana, por lo que salgo antes. 
- Genial.
- Pero... Joe... No me gusta disfrazarme.
- Ya verás como en el fondo te gustará.
- Lo que me va a gustar va a ser reírme de ti cuando te vea disfrazado. Que por cierto, ¿de qué te vas a vestir tú?
- Es sorpresa.
- Va pues si no qui... - dejé de hablar. A pocos metros nuestros iba andando una chica que yo conocía perfectamente, y que se parecía a mí bastante.
- ¿Qué pasa? - preguntó.
- Eh Harry, vayamos por otro camino - dije agarrándole del brazo y tirando de él, pero no se movió.
- Ey, ¿esa no es Diane?
- No, no lo es.
- Sí, si que lo es.
- Que no. - insistí y volví a tirar, porque no quería que Harry se pusiese a hablar con ella. Pero Diane se acercaba, y algo me decía que nos había visto.
- ¡Anda, Diane! - dijo Harry - Cuánto tiempo - se acercó a ella y le dio dos besos.
- Sí, demasiado. - vi cómo miraba a Harry, en plan provocador. Pero a ver, esta es tonta. ¡Que Harry te utilizó para estar conmigo! - Hola Megan - me miró sonriendo. 

'Deja de sonreír, puta' pensé. Creo que debería ser más delicada con lo que pienso.

- Eh Hola, Diane - me acerqué a ella obligada y le di dos besos - eh... Bueno, yo... Voy a comprarme una Coca-Cola. - y antes de que alguno de ellos dijese algo me fui.

No quería estar ahí.
Vamos, esa tía que me cae de culo... ¿Tonteando con mi Harry? Patada en la boca.

Me metí en un establecimiento de la acera de en frente.
Cogí una revista y empecé a "leer" pero en realidad estaba más atenta de lo de que hacían Harry y la tipa esa, ya que lo miraba por el cristal.
Él se reía, hablaba, reía. Y ella hablaba, también reía, se tocaba el pelo, agarraba del brazo a Harry...
Uf, que insoportable.

- A ella le gusta - dijo una voz dulce a mi derecha. Miré y vi a una chica, de unos quince años, que miraba también a Harry y Diane. Tenía el pelo rubio y largo. Era bajita y un poco llenita, pero así bastante mona. Unas gafas de montura negra decansaban sobre su nariz respingona.
- Eh... Sí, bueno. Es un poco fresca, así que le puede gustar tanto él como cualquiera. Solo va a lo que va. Y además, como Harry es guapo y tiene fama... Pues intenta llevárselo - dije. Las palabras me salían solas.
- Pero a él no le interesa.
- ¿Cómo lo sabes?
- Está claro. La mira como una chica normal. Si le interesase, hubiese mirado ya a las tetas de la tía esa, o le hubiese hecho un repaso, o le hubiese tocado el pelo, o la mejilla, o la barbilla - me quedé de piedra. Qué poderío tenía la chica esa a la hora de fijarse en detalles.
- Oye, tú sabes mucho para tener solo quince-dieciséis años.
- Catorce - me corrigió - Pero gracias por creer que soy más mayor, me halaga. - me sonrió - Ah, por cierto, al chico ese le interesas tú.
- Ya sí, claro.
- Mírale, cada cierto tiempo gira la cabeza hacia los lados intentando encontrar dónde estás. Uy, parece que ya lo ha hecho, nos está mirando.
- ¿Qué? - me fijé y era cierto. Los ojos de Harry conectaban con los míos y él sonreía. - Mierda, qué vergüenza - levanté la revista y me tapé la cara con ella.
- Pero ya se ha ido.
- ¿Cómo que se ha ido? - volví a mirar y era verdad. Él ya no estaba y solo se veía a una Diane que andaba moviendo el culo exageradamente. 'Guarra...'
- Bueno, yo me tengo que ir - dijo la chica - Un placer conocerte.
- Igualmente. - contesté con una sonrisa.
- Espero que acabéis juntos - dijo ya yéndose.
- Yo también... - añadí casi en un susurro.

Salí de la tienda quedándome parada en la acera. ¿Dónde narices estaba Harry?
Como me hubiese abandonado me iba a enfadar bastante.

- ¿Me buscabas? - dijo alguien a mi lado.
- Joder, Harry, que puto susto. - contesté un poco borde.
- ¿Y tu Coca-Cola?
- ¿Y Diane? - en cuanto dije eso, me arrepentí, pero a Harry se le formó una sonrisa en la cara.
- Oye Megan, tienes algo ahí - dijo acercando una mano a mi mejilla y haciendo que limpiaba.
- ¿Qué? ¿Qué tengo?
- Celos. - me quedé mirándole con cara rara.
- Dios Harry, tus chistes cada vez son peores. Y además, no tengo celos de esa guarra.
- ¿Y entonces por qué la llamas guarra?
- Porque lo es.
- Si ya... - Harry se tomaba a risa esto, pero a mí no me hacía ni pizca de gracia.
- Te callas la boca, ¿vale? - eché a andar hacia mi casa. Que conste que yo NO estaba celosa.
- Uy, ya ha vuelto la Megan borde. - me di la vuelta poniéndome frente a él.
- ¡Pero quieres dejar de decir que soy borde! ¡Porque principalmente no es que sea borde porque esa sea mi actitud normal, sino que tú haces que sea borde! ¡Tú me provocas!
- ¿Yo te provoco? - dijo con una gran sonrisa. Vale, ya está. Ya me había cabreado. ¿Se lo sigue tomando a guasa? Pues se va a cagar.
- ¡HENRY EDWARD STYLES COX, ERES LA PERSONA MÁS GILIPOLLAS DEL MUNDO! - volví a darme la vuelta y continué mi camino hacia casa, que no quedaba mucho.

Ya, definitivamente me iba a olvidar de Harry.
No sé cómo pero siempre conseguía que me enfadase.
Y lo siento pero yo no puedo vivir con un hombre que me cabrea cada dos por tres, por muchas sonrisas que me saque.

- Ey, Megan - noté que Harry me cogía del brazo y me volteaba hacia él. - Sabes que no...
- Mira Harry, te crees que no sé a que juegas, pero soy perfectamente consciente que tú no te portas bien conmigo por cosa de amigos, sino por algo más. Deja ya de fingir y sé sincero, coño.
- ¿Y qué si es así?
- Pues... Pues... ¡Pues que así no! Mira, mejor que no me hables en unos días, y reflexiones sobre... ¡Sobre todo!
- Megan, ¿estás en la mitad de la regla o qué pasa?
- Harry, no te aguanto.
- Un día casi me besas, hoy te pones celosa por Diane, y ahora me dices que no me aguantas. Dices que yo estoy jugando, ¿pero tú qué?
- Joder, déjame en paz, ¿vale? ¡Y yo no estoy celosa! 

Dicho esto me di la vuelta y eché a correr hacia mi portal donde rápidamente entré y llegué a mi casa a toda leche.
Lo peor de todo esto es que al día siguiente tenía que volver a ver a Harry.

------------------------------------

huola huola huolaaaa
este capítulo me gusta muchoo sabeeeis?
No tengo mucho tiempo asi que os digo todo en plan abreviado.
Disfrutad, comentad y tal.
Por cierto, he dado ciertas pistas de lo que va a ser la sorpresa de Lidia que le va a hacer Niall al dia siguiente. (la sorpresa de hoy aun no esta hecha, eso se contara en el capitulo de mañana. La sorpresa de la que se habla en el capitulo de hoy toca el lunes, va?)
Bueno, cual creeis que es la sorpresa esa de disfrazarse?

25.4.13

Capítulo 89/2


Alguien que me daba un suave beso en el cuello y decía:

- Estás preciosa.
- Niall... - susurré con delicadeza.
- ¿Me permites que te quite ya el pañuelo?
- Te obligo a quitarme el pañuelo - se rió levemente.
- Procedamos.

Noté como elevaba sus manos acariciando suavemente mi cuello, sabiendo él perfectamente el efecto que eso hacía sobre mí. Sus dedos se deslizaban con cuidado por mi cabello, a la vez que deshacía el nudo.
No tenía ni idea de cómo un simple movimiento como ese provocaba que mi corazón fuese a mil.

El pañuelo resbaló por mi nariz, hasta abandonar mi cara, y permitirme ver lo que tenía en frente mío.
Era Londres.
Londres en pleno atardecer.

Decenas de nubes rosadas cortaban el cielo, acompañando al sol que se escondía en el horizonte. Era un paisaje precioso, eternamente bello.
Y lo increíble era que cada tarde, sobre esa hora, podía presenciar uno de aquellos atardeceres.
Pero el hecho de compartir este con Niall, que lo hubiese planeado todo él... Hacía que fuese especial, muy especial.

- Impresiona, ¿eh? - me dijo, apoyándose en la barandilla de la azotea a mi derecha.
- Es increíble, alucinante... No tengo palabras.
- ¿Sabes qué? Gracias a ti he aprendido a valorar mucho más los pequeños detalles de la vida, como los atardeceres, tener un momento cálido en invierno, o el simple olor de la hierba mojada... - reí por lo bajo.
- Por Dios Niall, que cursi te has puesto.
- Es que ya sabes que yo aquí soy la nenaza, ¿no? - nos miramos peor después empezamos a reírnos.
- Niall, una pregunta.
- ¿Solo una? - bufé.
- Mira que eres tonto... Bueno, a lo que iba. ¿Dónde estamos? Porque yo no recuerdo este edificio, ni nada.
- ¿Te acuerdas del cartel de ayer? - asentí - Pues estamos en el edificio en el que mandé ponerlo.
- Ah, por eso se ve tan de cerca la noria.
- Exacto.
- Pero... ¿por qué aquí y no en otro sitio? Que a ver, no me interpretes mal. Me encanta que me hayas llevado aquí pero... como dije... Nunca había estado aquí, ni tuvimos una cita en lo alto de un edificio.
- Es que mira... Antes de salir, íbamos muchas veces a la azotea de tu residencia, ¿te acuerdas?
- Sí.
- Y pensé en calcar ese momento, pero con una mejor vista.
- Pues no solo has conseguido calcar el momento, si no mejorarlo - él me miró y agarró mi mano delicadamente.
- Eso era lo previsto.

Nos quedamos mirando durante unos segundos. ¿O quizá minutos? Bueno, daba igual. 
El caso era que en ese momento estábamos compartiendo una de esas miradas en las que intentas apartar los ojos pero que no puedes. 
Estas miradas que cuando cortas la conexión, se te escapa una tonta sonrisa.
Estas miradas que dicen todo sin decir nada.

Yo me sentía como hipnotizada, y a todo esto le sumamos que teníamos las manos entrelazadas, como si no solo nos uniese la mirada que estábamos compartiendo, sino que también aparte de algo sentimental, había algo físico.

'Si es que de verdad estás enamorada de él hasta los tobillos, que él nunca te ha dejado de gustar, que darías vida y muerte por él, que nunca más le dejarías.'

Genial, ahora mi conciencia también tomaba parte en todo esto.
Pues muy bien, aquí estamos.

- ¿Nos sentamos? - dijo de repente Niall. Bonita frase para cortar rollos, majo.
- Eh claro. 

¿Pero dónde demonios me iba a sentar? ¿En el suelo sucio? ¿Con mi impecable vestido? Ni de coña. 
Pero la cosa era que no me había percatado de que en el suelo, había una graaaaan manta con cojines sobre ella.

- ¿Esto lo has preparado tú? - Niall asintió. - Gracias.
- No las des, ya sabes que a mi me gusta prepararte todo esto.
- Ya, pero veo que tú haces todo lo que está en tu mano por mi y yo... Yo soy una simple chica, ¿qué puedo hacer?
- Tú ya sabes qué hacer... - dijo Niall a modo de indirecta bastante directa. - Bueno, ven aquí conmigo que te estarás cansando de estar de pie.

Le hice caso y me senté a su lado. Aunque lo que de verdad me apetecía en ese momento era tumbarme. Así que así hice, segundos después él me imitó. Me quedé un buen rato mirando el cielo.

- ¿En qué piensas? - me preguntó Niall.
- En nada, tonterías de las mías... Ya sabes.
- Me gustan tus tonterías - sonreí levemente.
- En las nubes.
- ¿Nubes? - asentí - ¿Y a qué se debe eso?
- Pues... No sé, las estaba mirando y recordé una historia que me contaba mi madre a mis hermanos y a mí de pequeños.
- ¿Me cuentas esa historia? - giré la cabeza para mirarle y me encontré con sus ojos.
- Claro. Pues mira, hace muchísimos años, antes de los dinosaurios y de todo, cuando el sol y la luna eran personas, había un rey que era querido por todo el mundo. Era un rey bueno, generoso y siempre dispuesto a ayudar a la gente. Él tenía una mujer, guapísima, a la que quería con locura. Con ella tuvo más de mil hijas, una por cada día que pasaba al lado de su mujer. En esos tiempos el embarazo duraba apenas unas horas, no más, cosas de inmortales, ya sabes - Niall asintió atento - Y bueno. Un día, el rey se llevó a sus hijas a pasar el día en la playa, y su mujer se quedó en casa. Pero cuando llegó, vino una criada diciéndole que había llegado a palacio un hombre desconocido y había matado a su mujer...
- ¿¡La habían matado!? - dijo de repente Niall. 
- Sí, matado matado.
- Qué cruel.
- Bueno, continúo - Niall volvió a asentir. - Y lo que pasaba es que ese hombre desconocido tenía envidia del rey, porque amaba a su mujer, y ella no queria estar con él, por lo que la mató para que no fuera ni del rey ni de él, para que no fuese de nadie. A partir de ahí, el rey se volvió amargo, triste, duro, frío... Y ya no pasaba tiempo con sus hijas ni era tan generoso con su pueblo. Tampoco volvió a confiar en ningún hombre más, pues uno le había arrebatado a su mujer, y temía que otro hombre le arrebatase a sus hijas, por lo que no las dejaba verse con chicos ni nada. Pero las hijas crecieron, y sintieron la necesidad de encontrar el amor, casarse, tener hijos... Por lo que se veían con sus novios a escondidas del rey. Un día, su padre se enteró de todo esto, y muy enfadado, convirtió a sus hijas en nubes, de forma que sus novios no las reconocerían, y si algún día lo hacían, serían incapaces de abrazarlas, o volver a tenerlas en sus brazos. Entonces, cuando ahora llueve, son las cientos de princesas, que están de tristes porque no están con la persona a quien quieren, y cuando el cielo está despejado, es porque se han ido a buscar a sus novios. Pero lo que ellas no saben es que ellos ya no están... Que el tiempo se los llevó...
- Joder, qué triste... - dijo Niall.
- Ya...
- Oye, ¿y tu madre te contaba esas historias cuando eras pequeña? ¿No era un poco heavy?
- Sí, bueno, a lo mejor quería meternos la vena dramática desde pequeñas... Aunque seguro que la historia se la inventó sobre la marcha.
- Pregúntaselo algún día.




Seguimos hablando durante mucho tiempo. De tonterías casi siempre, pero en plan que aún así me lo pasaba de puta madre. Además era super cómodo estar con él, también porque me conocía como si fuese hermana suya. Bueno, hermana suya no. 
Niall y yo hemos copulado.
Eso no es algo como de hermanos.

Casi sin darme cuenta, se había hecho bastante de noche.

- Creo que deberíamos irnos - dijo Niall.
- Sí, ya ha oscurecido bastante. ¿Qué hora es? - dije poniéndome en pie. Él hizo lo mismo.
- Las once y cuarto.
- Ahora mismo en España yo estaría cenando.
- Qué raros sois los españoles.
- ¿Y los irlandeses no? Con vuestro baile ese raro que tenéis.
- Ya, pero que te encanta.
- Uy sí. - pues la verdad es que sí que me gustaba. Pero ya sabéis... Yo con tal de llevar la razón...

Miré a Niall, que me miraba atento. Levanté la cabeza hacia arriba y me fijé en la luna. Perfectamente imperfecta. Le falta poco más de la mitad. Miles de estrellas la rodeaban, haciéndola compañía. Bajé la mirada y me encontré con los ojos de Niall. Dos esferas de un azul inmaculado.
¿Era mi imaginación o ahora él estaba más cerca mío?
No, no eran imaginaciones mías, pues poco a poco, ambos nos íbamos acercando el uno al otro.
Acercó su mano a mi brazo y empezó a descenderla lentamente, hasta llegar a mi mano y entrelazar sus dedos con los míos. Repitió el mismo proceso con la otra, mientras avanzábamos los dos, acortando cada vez más las distancias.

¿Iba a llegar?
¿Iba a llegar ya ese beso que yo tantas veces había imaginado?
¿De verdad este era el momento en el que todo iba a volver a empezar de cero, donde retomaríamos lo que no acabamos hace tiempo?
¿Estaba preparada para que en ese instante ocurriese?

Decidí olvidarme de lo que me decía mi conciencia, que lo único que pretendía era rayarme, y rayarme, y más rayarme.
Y así.

Separé mis manos de las de Niall y poco a poco las fui depositando tras su cuello, provocando que se tensase un poco.
Me encantaba ponerle nervioso. 
Apenas quedaban unos treinta centímetros entre nosotros, que se iban deshaciendo lentamente, muy lentamente, pero aprovechando casa segundo cada vez más.
Cerré los ojos a mismo instante que sentí que las manos de Niall abandonaban su estado y se acomodaban en mi cintura, sujetándola a ambos lados, dando pequeñas caricias con los dedos.

Cada milímetro cuadrado que tocaba de mi cuerpo, era sinónimo de una descarga eléctrica, que empezaba en mi cabeza y llegaba hasta mis pies.
Apartó uno de sus brazos de mi cuerpo y lo subió para colocarme un pelo del flequillo que se había escapado ilegalmente.
Noté que Niall había parado de moverse y que no articulaba gesto alguno.
Abrí los ojos y me fijé en que los suyos se clavaban en mi cuello, observando algo de lo que no se había percatado antes.

- Sigues llevando mi collar - dijo casi en un susurro.
- Lo he llevado todo este tiempo... - contesté con una débil voz.

Niall sonrió y volvimos a continuar nuestro camino hacia un posible beso. Los dos cerramos los ojos al mismo tiempo y volví a acomodar mis brazos en su cuello, obligándole a estar más cerca mío.
Finalmente, llegamos a juntar nuestras frentes, quedando ya a escasos centímetros uno del otro.
Podía sentir su respiración chocando en mis labios, provocando que el deseo de besarle aumentase cada vez más.

Este era el típico momento de "¿Me lanzo o no me lanzo?" "¿Lo hará él o tendré que hacerlo yo?"
Miles de preguntas rondaban mi mente.

En un segundo, noté como suavemente rozaba mis labios, pero ese instante desapareció tan rápido como había llegado.

'Eh.... ¿Oiga? ¿Alguien ha visto mis ovarios?'

Este chico sí que sabía provocarme.

Volví a notar aquel roce en mis labios, solo que esta vez duró más. 
Sentí como respiraba sobre mi boca, poniéndome histérica con la espera.
Fui a profundizar un poco más aquello que habíamos empezados, pero al hacer el amago de hacerlo, él se apartó.

- Venga, vamos a casa. - me cogió de la mano y dejando toda la manta, cojines, etc, ahí, salimos de aquella azotea.

Yo estaba super confundida. ¿A qué había venido eso?
Yo es que no me lo explico, de verdad.
¿Qué persona en su sano juicio puede provocar a alguien así y luego... luego... nada?
Esto me sulfuraba.

Niall me llevó hasta el ascensor, iba sonriendo. ¿Sonriendo por qué, pedazo de mentecato?
No hablé en todo el viaje hacia el garaje.
Pero... ¡Es que no sabía qué pensar!
Se acerca, mucho, muchísimo, casi me besa y después...
Pues nada, se ha quedado bueno el día.

Nos subimos al coche y pusimos rumbo casa de Niall.
Yo me quedé mirando por la ventana un buen rato.
Seguía dándole vueltas a todo.

Tras minutos de viaje, me armé de valor para preguntar.

- Niall... No lo entiendo.
- ¿El qué?
- Antes... Casi nos besamos... ¿Tú no querías que todo volviese de nuevo? - soltó una risa por lo bajo.
- No hay cosa que quiera más.
- ¿Entonces?
- Se supone que el plazo es hasta el sábado a las doce de la noche, ¿no?
- Sí.
- Aún me queda tiempo para demostrarte lo mucho que te quiero.

---------------------------------

Oh si nena.
Me ha quedado bonito eh?
Mientras lo escribia hoy me he dado cuenta de que ha sido mejor no haberlo escrito el martes porque así profundizaba mejor el momento bonito.
Iba a poner momento Marry, pero mezclaba días y tal, y todo era muy confuso, y luego las cosas no me saldrían bien.
Asi que se ha quedado así.
Bueno, ye so es todo.
Esperoq ue os haya gustado y aaah por cierto.
Hace tiempo que pensaba en poneros el link de dos historias que me flipan flipan, pero siempre se me olvidabaaa
asi que os los paso:

http://youweremineforthesummer5.blogspot.com.es/
http://whathappensinlondon.blogspot.com.es/

Bueno, eso ya si que es todo, comentad si quereis:)