Capítulo 83/2

*NARRA MEGAN*

Abrí los ojos lentamente.
La luz del sol incidía directamente en mi cara, ya que la ventana estaba abierta.
Tuve que parpadear varias veces para acostumbrarme a la claridad del momento.

Miré hacia mi izquierda, que estaba vacía.
¿Dónde demonios estaba Harry?
Me quedé tumbada unos segundos, mirando el panorama que me rodeaba, y sin poder evitar sacar alguna sonrisa a la luz, recordando el momento de aquella madrugada. Aquel beso que se quedaría en secreto para mí.

Me deshice de la sábana y me estiré.
La verdad es que había dormido de miedo. Y con razón. Teniendo a Harry semidesnudo al lado...

Casi sin pensarlo, agarré la parte de la almohada en la que él había apoyado su cabeza y me la acerqué a la cara, inhalando su olor.
Era bastante reconfortable.

Después de esa pequeña sesión de despertar, me levanté y fui a buscar a Harry, no sin antes pasar por el baño y aclararme la cara y lavarme los dientes usando mi dedo como cepillo. Sí, asqueroso.

Encontré a Harry en la cocina, haciendo el desayuno mientras tarareaba cierta canción que no supe identificar.
Cabe destacar que Harry seguía sin llevar camiseta.
Yo creo que lo hacía aposta o algo así, porque sino, yo no me lo explico.

- ¿Tortitas con chocolate y nata? - me dijo en cuanto notó mi presencia.
- Ayer brownie, hoy tortitas... Empiezo a creer que quieres engordarme para luego comerme - contesté apoyándome en el marco de la puerta.
- ¿Para qué engordarte si ya estás gorda? - añadió para picarme. Yo le fulminé con la mirada.
- Styles, más te vale no haber dicho eso... - él solo soltó una carcajada.
- Ay Dios, como sois las mujeres. ¡Pero si estás genial! - me ruboricé levemente en cuanto dijo eso.
- Gracias - dije casi en un susurro.
- Bueno, ¿quieres tortitas o no? Porque si no quieres puedo comérmelas yo...
- Ni se te ocurra, rizos. - me acerqué a donde él estaba y agarré una tortita. Después me la llevé a la boca y me la metí entera.
- Oye, ¿la has visto? Es que no la encuentro - me dijo.
- ¿Encontrar el qué? - pregunté confusa sin entender a qué se refería.
- Encontrar tu educación, es que te la has dejado perdida por ahí - puse los ojos en blanco.
- Dios Harry, tú y tus chistes malos vais a acaba conmigo algún día, en serio - dije.

Desayunamos juntos y después, cogí mis cosas dispuesta a marcharme, ya que no era plan seguir ocupando la casa de Harry porque sí.
Me acompañó hasta la puerta y la abrió, para dejarme salir.

- Un placer haber compartido cama con usted, señorita Megan - me dijo.
- No puedo decir lo mismo, señorito Harry - le contesté para picarle.
- Pues fuiste tú la que insistió en dormir juntos ,eh, yo no digo nada...
- Que era broma, zopenco.
- Ya lo sabía. - me sonrió y nos quedamos unos segundos callados. Después, él se acercó a mí y me dio un maravilloso beso en la mejilla. - Espero verte pronto.
- Mañana me tienes a tu lado para seguir dándote la vara - dije.
- Oh no, por favor... Piedad. - reímos.
- Bueno, Harry, hasta pronto o hasta mañana, como sea.
- Adiós.

Cerró la puerta y me alejé de su casa, sabiendo que aquel había sido uno de los mejores días de mi vida.







*NARRA LIDIA*

Estaba sentada en el sofá, mientras leía un libro que nos habían mandado leer en la universidad.
Un auténtico coñazo, a decir verdad.

Mi sesión de lectura se vio interrumpida cuando la puerta de la entrada se abrió.

- Hola Megan - dije sin apartar la vista del libro, pues sabía quién había venido.
- Hola Lidia - noté que se sentaba a mi lado y suspiraba.
- ¿Donde has dormido?
- Casa Harry.
- Ah vale.- silencio - Espera, ¿¡qué!?
- Que he dormido en casa de Harry.
- Pero... con todos, ¿no?
- No, él y yo. Nadie más.
- Ah bien, muy bonito. ¿Y que pasa con tu querido novio Jake?
- Oye, no es lo que estás pensando.
- Al menos habréis dormido en cuarto separados... - reinó un gran silencio. Ahí si que deje de mirar el libro y la miré. - ¿¡Qué!?
- No, a ver... No pasó nada, ¿vale? - la miré con el ceño fruncido. Mira por Dios que yo eso no me lo creía. - No pasó nada - repitió - seguí mirándola de la misma forma. - Vale, a ver...
- ¡Lo sabía! ¡Sabía que pasó algo! - me puse de pie - Pero Megan, ¡tú tienes novio! ¡No me puedo creer que le hayas engañado! Pobre Jake... Sabía que seguías sintiendo algo por Harry... ¡Pero tendrías que haber cortado con Jake antes!
- ¿¡Pero Lidia, qué coño dices!? No hables sin saber, ¿vale? - me dijo bruscamente. Uy, había activado la Megan cabreada.
- A ver, Megan de mi alma. Me dices que has pasado la noche con Harry, los dos en una misma cama, y que ha pasado algo, sin olvidar que Harry es aquel exnovio tuyo del que aún no te has olvidado... ¿¡Qué quieres que piense!?
- ¡Pues si dejaras que me explique!
- ¡Explícate! Pero yo solo te digo que vas a hacer daño a Jake. - vi cómo de repente en su cara se formaba en un momento, una montaña de furia. Se puso de pie para estar a la misma altura que yo.
- ¿HABLAMOS DE HACER DAÑO? ¿QUIERES HABLAR DE ESO, NO?
- Megan, no vayas por ahí - sabía que tema iba a tocar. Niall.
- SÍ, SÍ QUE VOY POR AHÍ. ¿Y SABES QUÉ TE DIGO? ¡QUE ERES UNA EGOÍSTA, UNA EGOCÉNTRICA Y SOLO PIENSAS EN TI MISMA! ¡ERES TÚ LA QUE VERDADERAMENTE HACE DAÑO A ALGUIEN! ¡NO SABES LO MAL QUE ESTÁ NIALL POR TU CULPA, Y TODO PORQUE NO QUIERES ACEPTAR QUE ÉL SIGUE ENAMORADO DE TI, Y QUE LO ÚNICO QUE HACE ES PREOCUPARSE! ¡Y LO PEOR DE TODO ES QUE TU LE SIGUES QUERIENDO!
- Megan no me grites... - solté entre dientes intentando controlar toda la rabia que tenía.
- ¡TE GRITO SI ME DA LA GANA! ¡VAMOS, ME DICES QUE SI NO SE QUÉ DE HACER DAÑO A JAKE CUANDO LA PRIMERA QUE VA HIRIENDO A LA GENTE POR AHÍ ERES TÚ! ¿SABES QUÉ? ¡QUE AHORA MISMO DEBERÍAS ESTAR CON NIALL, DISFRUTANDO MIENTRAS PODÉIS, PORQUE OS QUERÉIS, EN VEZ DE ESTAR CON EL ADAM ESE, QUE APUESTO LO QUE SEA A QUE TE UTILIZA Y QUE SOLO ERES UNA MÁS! ¡Y NO SOY LA ÚNICA QUE LO PIENSO!
- ¡CÁLLATE! - grité ya harta de todo - ¡TÚ NO SABES NADA DE ADAM! ¡AHORA MISMO ES EL ÚNICO QUE ESTÁ CONMIGO, EN VEZ DE TODOS VOSOTROS! ¡Y NO QUIERO SEGUIR HABLANDO DE ESTO! - cogí mi libro y me volví a sentar en el sofá, centro mi atención en la lectura, ignorando las miradas acusadoras de Megan. Finalmente oí cómo se daba la vuelta y caminaba hacia su cuarto, para finalmente meterse en él y dar un portazo.



Pasé varios minutos intentando leer, pero me era imposible.
El enfado que contenía mi cuerpo era monumental. 
¿Cómo había sido capaz de soltarme todo eso?
¡Parece que durante este mes, todo el mundo a estado en contra mía y con ganas de discutir conmigo!

Necesitaba descargar mi rabia, aliviarme, y sabía perfectamente con quién.
Cogí mi teléfono y marqué el número.

- Adam.
- ¿Lidia? - contestó al otro lado.
- Sí, soy yo. ¿Te apetece cenar hoy en mi casa, y luego ver una película, o no sé, hacer algo?
- Eh... ¡Claro! Por mí perfecto. 
- Genial. Pues entonces... ¿te parece bien quedar a las nueve en mi casa?
- A las nueve está bien.
- Pues entonces hasta luego.
- Sí, hasta luego Lidia.

Colgué y tiré el teléfono sobre el sofá bastante satisfecha.
Pasado un rato, vi a Megan cruzar el salón sin mirarme, en dirección a la cocina.

- Esta noche quiero la casa sola - dije de una forma fría - Viene Adam.

Megan no me miró, pero se la oyó bufar. 
Después volvió a su cuarto con un vaso de leche en la mano.

Estaba deseando que llegara la noche para ver a Adam.
Ese día, yo tenía las intenciones muy claras.










*NARRA MEGAN*

Vaya noche más mala había pasado, comparándola con la anterior.
Sobre las siete u ocho, había salido de casa para dar vueltas, pues Lidia la quería vacía.
Ya de paso aproveché para pensar un poco en todo.
No me gustaba estar enfadada con mi mejor amiga. Ambas nos habíamos apoyado siempre, y esta era la primera discusión tan fuerte que teníamos.
Era un sentimiento tan desagradable...

Llegué a casa más tarde de las doce, dispuesta a arreglar las cosas con Lidia, pero pasé por delante de su puerta y estaba cerrada, y ella, cómo no, con Adam.

Por lo que no tuve más remedio que irme a acostar.

Sobre las ocho de la mañana, un gran ruido me despertó.

Era como de mil cristales rompiéndose, haciendo retumbar y que le pitasen los oídos a todo el mundo.
Seguido de este espantoso ruido, vino el de una puerta cerrándose con mucha fuerza.

Me puse rápidamente en pie y fui hacia el salón, pero la sorpresa me la encontré en la cocina, donde vi infinidades de cristales hechos añicos en el suelo.
Me empecé a asustar muchísimo.
Fui hacia la habitación de Lidia, pero la puerta ya estaba abierta.
Asomé la cabeza y vi todo hecho un desastre, pero ningún rastro de ella.

Volví a la cocina y saqué la cabeza por una ventana que estaba en la misma fachada a la que daba la salida del portal, y lo que vi fue a una chica de pelo largo y puntas rosas correr bajo la lluvia, desapareciendo entre el el corazón de las calles.

Casi 5 horas después 

Cogí el teléfono ya desesperada.
Tenía un gran nudo en la garganta, y quería llorar, pero la tensión y el malestar me lo impedían.

- ¿Niall?
- ¿Qué pasa Megan?
- Dios,te necesito, es que... Estoy muy preocupada. No sé que ha pasado, pero tengo una intuición...
- Espera, espera. Megan, ¿qué ha pasado?
- Es... Es... La he buscado por todos los lados pero no... - tomé una gran cantidad de aire - Es Lidia. No la encuentro. Ha desaparecido.

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HUOLAAAA:)
Pues aquí está el capíiitulo! Noe s muy así, pero os digo que es esencial para todo lo que queda de historiaaa
Espero que bueno, os haya gustado, y si no ajo y agua, que ya vendrán capítulos mejores.
Por cierto, debo decir que me dais miedo, porque en tres días habéis hecho que las visitas suban de 19000 a 20000
Eso me hace pensar que o soy muy buena escribiendo y que hay mucha gente que lee mi historia, o que sois unas depredadoras masivas.
Me decantaré por la segunda.
Y bueno, eso es todooo!
Ahora os pongo una de mis preguntas, que también la puse con Nidia, pues ahora toca con Marry
¿Cuál es vuestro momento Marry favorito?